Amelia Calzadilla revela todo sobre su pasado 'para hacerles el trabajo más fácil'

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 25 de septiembre de 2023

Article feature image

La madre cubana Amelia Calzadilla poblicó un extenso post en sus redes sociales en el que expone toso lo relacionado a su pasado y lo que la llevó a cambiar de opinión.

"Una breve historia autobiográfica para quiénes quieren conocerme mejor y eligen no especular sobre mí sino ir a mi privado y preguntar!", escribió la joven que comenzó contando una experiencia de su madre.

"Soy única hija del matrimonio de mis padres. Mi mamá, una mujer decidida a ser madre intentó gestar sin suerte 8 embarazos previos a mi nacimiento y su devoción por tener un hijo era tal que estuvo las 40 semanas acostada en una cama. Decidió bautizarme Amelia porque le había prometido a la Milagrosa del Cementerio (Amelia Goyri) que si algún día le permitía ese privilegio nombraría a la niña en su honor", dijo.

"Por años cada día de mi cumpleaños, no iba a pasear a restaurantes o parques sino que visitábamos la tumba de la Milagrosa que había llenado de alegría la vida de mi madre y le agradecía con flores, tocaba la aldaba y se despedía sin darle la espalda en señal de merecido respeto. Un día, por alguna razón que nunca he preguntado mi mamá dejó de ir y por ende de llevarme. Comenzó a estudiar la Biblia y sus preceptos cristianos la impulsaron a creer que no se debe adorar imágenes y que toda la honra, adoración y gloria es para Dios. ¿Qué motivó un cambio en su actitud? Sólo ella lo sabe, pero respeto su decisión de manifestar su fe lejos de la denominación católica, como respeto la decisión de cualquier persona que decide profesar una religión o ideología distinta a la mía. Esta breve historia, muy personal por cierto, es sólo un pretexto para hablar de un tema que cada día me resulta más familiar: los cambios de opinión y las decisiones acordes a la decepción", agregó.

A continuación compartimos el post en el que explica detalles de su pasado:

No es la primera vez, y seguramente no será la última que cuento la vinculación que ha tenido mi familia y yo en lo personal con organizaciones e instituciones que responden al estado y gobierno cubanos. Mi inserción desde muy temprana edad a procesos conocidos como ``la batalla de ideas``, la UJC, las filas del MinInt y posteriormente el MinTur son realidades que no tengo por qué negar en mi pasado, no me avergüenzan pero tampoco me dan gloria por eso mismo escasas veces hago alusión a ellas. Tampoco sabía que

tenía que hacer una autobiografía de mi persona, mis fallos y éxitos para tener una

voz crítica y una participación social o política hoy menos expresa por unos cordiales operados y también gracias a estos constantes ataques difamatorios dónde quieren hacerme ver como un títere que habla en nombre de otros.

Pero los malogrados detectives del Like que buscan protagonismo propio, asustados por una mujer con poco tiempo e interés en robarse el show no paran de buscar en mi pasado elementos que puedan desacreditarme no sé cómo porque yo misma he dicho en incontables ocasiones que no soy ni pretendo ser líder de nada o nadie.

Sólo para hacerles el trabajo más fácil, aquí les va el resumen para quienes tengan interés en saberlo de mi boca y no en boca de nadie.

A los 4 años me evaluaron un grupo de psicometristas y me permitieron comenzar la escuela; a esa edad mi mamá obsesionada con que fuese una especie de genio, que por cierto no soy, me enseñó a leer y escribir y por mi habilidad con la lectura y mi deseo de ser grande (en el sentido literal de la palabra), los adultos me manipulaban para que participara en cuanto acto político y cultural se inventaba. Tal era mi interacción en ese sentido que a los 14 años obtuve, junto a otros 16 niños de mi edad, un galardón de manos de Fidel Castro, en su momento un diploma que atesoraba como un éxito de mi vida estudiantil y que hoy ni sé dónde está.

A esa misma edad me seleccionaron para militar en la UJC y casi sin conciencia política de tipo alguna quise formar parte del cuerpo diplomático del país, para lo cual leía y estudiaba casi a diario y por lo cual decidí estudiar en un pre universitario militar. Bueno por eso y porque no quería estudiar en una escuela en el campo donde se obligaba a los adolescentes a realizar el trabajo que los campesinos no querían hacer porque el pago y las condiciones de trabajo eran pésimos. Ya desde esos años era bastante contestona y las desigualdades sociales que presenciaba entre todo tipo de estudiantes me desmotivaron a elegir continuar una carrera militar como parte de la universidad del MinInt.

A los 17 años llegué a la universidad de la Habana por otorgamiento directo al ser ganadora de los concursos nacionales de Español e Historia, no por ser ninguna hijita de mamá y papá como les gusta hacerme ver, porque a esa edad todavía vivía en el cuarto de 3x3 del solar.

Elegí un perfil profesional donde no tuviera que estar siendo convocada a reuniones ni dando discursos en contra de mis crecientes conflictos de conciencia, por eso estudié Lenguas Extranjeras. Una carrera donde aprendes habilidades de diálogo, otra visión del mundo, historia de las naciones y sobretodo aprendes a pensar por ti mismo sin que nadie te obligue a repetir discursos vacíos. Admito que en mis años de universidad fui dirigente juvenil, también admito que cada semestre tenía conflictos con distintos docentes y por razones diversas.

En el último año de mi vida estudiantil, nació mi hija María Amelia, una niña que no planifiqué pero que he amado desde el día que supe que estaba en mí. Poco he hablado de esto pero padezco una rara enfermedad hormonal que impide conozca cuándo estoy embarazada razón por la cual tengo tantos hijos aunque no me pesa ni uno sólo de ellos y son mi razón de existir. Esta última oración dirigida a quienes quieren catalogarme de insensata por la familia numerosa que he formado tras circunstancias económicas tan adversas. No obstante, los hijos te dan un golpe de realidad tajante y de tamaña medida que todo lo que creía que sabía hasta ese momento era nada comparado con lo que me quedaba o me queda por aprender.

Pocos meses después de graduarme decidí separarme del MinInt, quien por cierto me cuestionó mi decisión y en aquella ocasión como en esta puse por delante a mi familia. No quise estar en un lugar donde me robaban el tiempo de estar junto a la niña en reuniones interminables que cuestionaban mi carácter y a veces mi conocimiento. Reconozco que por aquellos años era más apática que combativa y que hoy todavía no soy todo lo frontal que algunos me exigen que sea, los mismos algunos que no tuvieron los pantaloncitos de hacer nada de lo que hoy cuestionan que otros no hacen. Al final, la verdad siempre emana y estos Hidalgos del Siglo XXI sin un plan económico, político y social concreto ni para los cubanos que apoyan el sistema ni para aquellos que lo detestan podrán demostrar qué dan (Y OJO QUE NO ME REFIERO A PERSONAS CON CONOCIMIENTO DE QUÉ HACER Y CÓMO HACERLO PARA QUE NO HAYA ALUDIDOS INNECESARIOS).

Cuando me fui del MinInt, por cierto con quienes nunca realmente trabajé porque estaba de licencia de maternidad por tanto no conozco cómo operan para que no me vayan a preguntar luego, me di de baja de todo: dejé de ser militar, militante de la juventud y hasta cederista o federada. Nunca más fui a una reunión de nada y a Dios gracia mi trabajo como guía de turismo en Cubanacán y luego como especialista de producto para una empresa inglesa con sede en La Habana me mantuvo tan ocupada que no sabía ni cuánto se pagaba de sindicato. Estaba exonerada de cada 1 de mayo, cada 1 de enero y cada 26 de julio. Mi único trabajo era atender a los clientes extranjeros que venían a hacer turismo de naturaleza o cultural y la verdad es que todo lo que sé de la historia real de la nación lo aprendí durante esos años. Visité cada cayo, islote, montaña, llano y mogote que puedan imaginar y según aprendía los valores culturales y de naturaleza de la nación también me decepcionaba un poco más de las condiciones socio- económicas con las cuales viven los cubanos y desde mi muy humilde posición intentaba ayudar a familias necesitadas y otras emprendedoras que impresionaban con sus manualidades e ingenio.

Con la llegada de Ale y luego el COVID mi trabajo en ventas internacionales cerró y un nuevo capítulo se avisoro cuando me propusieron trabajar en una empresa de nueva creación como lo era Campismo Popular La Habana. Pensé como la soñadora utópica que por años he Sido y de la cual queda poco que podía adaptar los circuitos de turismo internacional a las demandas poblacionales de los cubanos de a pie utilizando las bases de campismo como alojamiento para llevarlos provincia a provincia y de forma más económica a jóvenes y familias deseosas de conocer Cuba. Pero la bondad, la creatividad y el deseo de ayudar molestaba tanto que no paraba de chocar. Por demás integrar el sector público luego de haber trabajo por años para un capitalista

que no perdía el tiempo y encontraba soluciones reales no del tipo ``criar pececitos en un cubo de agua`` me ocasionó incontables discusiones con otros seres también temerosos de perder su protagonismo y con él el estatus quo. Todo ellos y la petición de que utilizara mis redes sociales para hacer propaganda política progubernamental tras el 11 de julio fueron la razón por la cual tomé la decisión de no volver a trabajar para el estado. Bueno, eso y las incontables razones por las cuales las empresas del sector público en mi entender están condenadas al fracaso: la falta de autonomía empresarial, la confianza en la actitud política más que en la capacidad real del trabajo, la escasez de recursos o medios para la producción acordes a las demandas de resultados esperados, la desmotivación del trabajador por una nómina mísera incapaz de satisfacer sus necesidades y por supuesto el poco sentido de pertenencia que genera saber que nada es de nadie y por ende a nadie le importa, por sólo mencionar algunas.

CREO EN LA PRODUCTIVIDAD Y LA EFICIENCIA DEL SECTOR PRIVADO Y AL PARECER NO SOY LA ÚNICA PORQUE LOS NEGOCIOS PRÓSPEROS DE LA NACIÓN NO SON PÚBLICOS, SON EMPRESAS PRIVADAS Y DE INVERSIÓN EXTRANJERA.

De mi trayectoria como estudiante o como trabajadora no me vanaglorio pero

tampoco me avergüenzo porque fue mi experiencia de vida la que ha hecho que

me decepcione de manera tan radical de un sistema que a mi entender no es

productivo ni eficiente, por demás no ha logrado a cabalidad dar solución a los problemas que desde el comienzo de este proceso se han puesto como ``meta`` resolver. No obstante no cuestiono a quienes quieran creer, cada quien tiene el derecho a decepcionarse a su propio paso y si a así lo desea. Toda gama de frustraciones hicieron que decidierautilizar mi espacio en las redes sociales para denunciar la ineptitud, el mal trabajo, la ruina económico- social, la arbitrariedad o la injusticia. Nunca con el compromiso de ser una líder que algunos lamentan que no sea y que por la superioridad de otros creo bien cederles ese merecido lugar. Lamento no haber nacido impoluta ante el sistema y ojo, que mi relato consta en el tiempo pretérito del modo indicativo porque desde el verano de 2021 no trabajo para nadie, sólo para mis hijos haciendo la comida que puedo y brindándoles la educación que otrora me impartieron mis padres. No sabía que para participar tenía que nacer en una probeta y haberme criado en un búnker porque aquí, hablando a lo cubano, quién no le tocó gritar cualquier consigna, con o sin conciencia de lo que decía y hacía.

No pienso disculparme por haber creído en un proceso, un sistema o un hombre y un día haber despertado y como mi madre dejó de creer en la Milagrosa yo dejar de creer en él, porque no creo en él. No pienso cuestionar a quien cree o a quien radicalmente se haya separado o nunca haya creído porque está en todo su derecho de hacerlo. Ahora, entretanto aparecen otras pruebas más contundentes que mi pasado como estudiante o trabajador donde nunca fui una arribista que desplazó a otros, los maltrató física o psicológicamente, o actuó distinto de los principios que le fueron enseñados en su hogar no pienso disculparme con oportunistas, difamadores, triunfalistas o groseros egocéntricos necesitados de más atención psicológica que el mismísimo Conde de Monte Cristo por ser quién soy y no aceptar repetir los discursos de nadie por temor al descredito desmedido y sinsentido en un marco como son las redes sociales.

LOS QUE HOY TRATAMOS COMO LOS PADRES DE NUESTRA INDEPENDENCIA UN DÍA FUERON ESCLAVISTAS, O CÓMO CREEN QUE CÉSPEDES INDEPENDIZÓ A SUS ESCLAVOS SI NO ERA PORQUE ÉL LOS TENÍA PERO LOS RESPETAMOS POR SU DECISIÓN DE DEJAR DE SERLO Y ACTUAR CON LA DECENCIA DE EMANCIPAR A NEGROS Y MUJERES E INVITARLOS A PARTICIPAR DEL PROCESO DE CAMBIOS PARA EL BIEN DE LA NACIÓN. Evidentemente, no soy una heroína y nadie tiene por qué creer en mí pero como está estupidez no para ejemplifico a niveles más creíbles.

Por cierto, como entiendo que el plan continuará siendo el descrédito bajo las órdenes de solo Dios sabe quién, les dejo saber que he tenido en mi vida sólo dos matrimonios, no vaya ser que les dé por inventar en ese tema también.


Recomendado para ti

Tambien te puede interesar