La situación de mendigar comida por parte de una mujer e 72 años ha conmovido a la activista de los derechos cubanos Yamilka Laffita, conocida en redes como Lara Crofs, quien compartió la triste de esta señora, que impulsada por la necesidad y la escasez tocó a su puerta en La Habana pidiendo comida. “La deuda del gobierno con los mayores es impagable”, concluyó la activista tras su conversación con Felicia, cuya historia compartió en Facebook.
Laffita confesó que su pecho se apretó cuando tuvo delante de ella a una mujer que, a pesar de la vergüenza que sentía, le preguntó si tenía un pan que le regalara: “Le di un pan y los espaguetis que había comprado”.
Felicia explicó que, a pesar de haber participado en varios planes revolucionarios a lo largo de su vida, el gobierno actual la ha dejado con una pensión de 1700 CUP, insuficiente para cubrir sus necesidades básicas.“A ntes de irse le brindé aseo y algo de dinero, lo tomó apenada y muy agradecida, le expliqué que podría venir en las tardes a comer cuando necesitara, y que si yo no estaba, las dos personas que deberían saberlo serían puestas al tanto”, señaló Laffita.
“La vi alejarse con su cabello blanquito en canas y su jabita. Antes de hacerlo me abrazó y yo casi me rompí”, apuntó la activista, que confesó sentirse entristecida por una escena que actualmente retrata la realidad que padecen muchos ancianos en Cuba.
Por último, visiblemente afectada por la historia de la señora, compartió con sus seguidores un triste y a la vez contundente mensaje: “Cuando encuentren a personas vulnerables, inténtenlas ayudar con lo que puedan; ellos también tienen derecho, el gobierno ya los abandonó, no hagas lo mismo tú”. Los ancianos en Cuba constituyen uno de los grupos más vulnerables, que más escasez y miseria padecen, totalmente desatendidos por el régimen.
Recientemente, la jubilada Mirtha Fernández, residente de El Vedado, municipio Plaza de la Revolución en La Habana, denunció en redes sociales la crisis de abastecimiento de agua que afecta a su edificio y a muchas familias de la zona. Personas mayores que ya físicamente no pueden hacerlo, cargando cubos para reunir un poco del vital líquido en sus casas. En estos casos, en no pocas ocasiones, estas personas de la tercera edad resuelven algunos de sus problemas, gracias a la solidaridad de los activistas y ayuda de los familiares. Una abuelita en Cuba no pudo contener las lágrimas al recibir un ventilador, un regalo de su nieta que vive en Houston. Es una pena que después de una vida consagrada a un "ideal malsano" se vean ahora abandonadas y echadas a su suerte.