Como si hubiera poco en qué preocuparse, medidas extremas, aún antes de asumir la presidencia Donald Trump, se están tomando en Estados Unidos.
Así las cosas, una coalición de padres, que intentaba bloquear una ley estatal que exigiría que los Diez Mandamientos estuvieran expuestos en las aulas de las escuelas públicas de Louisiana el año que viene, ha ganado una batalla legal en un tribunal federal.
El juez de distrito John de Gravelles emitió este martes una orden concediendo la petición de los demandantes de una orden preliminar, lo que significa que el estado no puede comenzar su plan para promover y crear normas en torno a la ley a partir del viernes mientras se desarrolla el litigio.
De Gravelles escuchó los argumentos el 21 de octubre sobre la legislación, que convertiría a Louisiana en el primer estado en exigir que todas las escuelas y colegios públicos K-12 exhiban carteles de los Diez Mandamientos. La ley establece que las escuelas tienen de plazo hasta el 1 de enero para cumplirla.
El gobernador Jeff Landry firmó la ley en junio, respaldada por el Partido Republicano, como parte de su programa conservador que ha modificado el panorama cultural de Louisiana, desde el derecho al aborto hasta la justicia penal y la educación.
La medida llevó a una coalición de padres –judíos, cristianos, universalistas unitarios y no religiosos– a demandar al estado ante un tribunal federal. Alegaron que la ley “interfiere sustancialmente y supone una carga” para su derecho, recogido en la Primera Enmienda, a educar a sus hijos con la doctrina religiosa que deseen.
En su demanda, los padres afirmaban que la ley “envía el mensaje nocivo y de división religiosa de que los alumnos que no suscriben los Diez Mandamientos... no pertenecen a su propia comunidad escolar y deben abstenerse de expresar cualquier práctica o creencia religiosa que no se ajuste a las preferencias religiosas del estado”.
Steven Green, profesor de Derecho, Historia y Estudios Religiosos en la Universidad Willamette de Oregón, testificó en contra de la ley durante la audiencia ante el tribunal federal, argumentando que los Diez Mandamientos no son el núcleo del Gobierno de Estados Unidos y de su fundación y que, en todo caso, los padres fundadores creían en la separación de iglesia y estado.
En una rueda de prensa posterior a la audiencia, la fiscal general Liz Murrill desestimó el testimonio de Green por no ser relevante para determinar si los carteles en sí violan la Primera Enmienda.
“Esta ley, creo, es constitucional, y hemos ilustrado de numerosas maneras que lo es. Lo hemos demostrado en nuestros escritos mediante la creación de una serie de carteles”, dijo Murrill a los periodistas. “Una vez más, no tienen por qué gustarles los carteles. La cuestión es que se pueden hacer cumpliendo con la Constitución”.
En agosto, Murrill y Landry presentaron ejemplos de cómo se podían diseñar carteles de los Diez Mandamientos y colgarlos en las aulas con fines educativos. Los carteles incluían el contexto histórico de los mandamientos que, según el estado, hace que su ley sea constitucional.
Uno de los carteles comparaba a Moisés con Martin Luther King Jr., mientras que otro hacía un beat de la canción Ten Duel Commandments del musical Hamilton.
Murrill precisó que no será necesario gastar fondos públicos en la impresión de los carteles y que se podrán suministrar a través de donaciones privadas, pero sigue habiendo dudas sobre qué ocurrirá con los educadores que se nieguen a cumplir con la ley.
El estado ha anticipado que el caso podría llegar a la Corte Suprema de Estados Unidos, que se pronunció por última vez sobre la cuestión en 1980, cuando los jueces dictaminaron por 5-4 que la colocación de los Diez Mandamientos en las escuelas públicas de Kentucky era inconstitucional.
Otro estado, Oklahoma, se enfrenta a demandas similares por la exigencia de que la biblia forme parte de los planes de estudio en las escuelas públicas de quinto a duodécimo año y de que haya una biblia en todas las aulas. Cuando le cuestionaron qué les diría a los padres preocupados por la presencia de los Diez Mandamientos en las escuelas públicas, Landry respondió en agosto: “Díganle a su hijo que no los mire”.
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