La crisis epidemiológica que atraviesa Cuba ha generado alarma más allá de sus fronteras. Dos organizaciones médicas con sede en Miami solicitaron a entidades internacionales que se suspendan temporalmente los vuelos hacia la isla, alegando que el deterioro sanitario del país representa un riesgo para los viajeros y para la salud pública en Estados Unidos.
Los especialistas advierten que Cuba enfrenta un repunte severo de enfermedades transmitidas por mosquitos, mientras su sistema hospitalario está sobrepasado y sin capacidad para actuar con rapidez ante la expansión de los contagios.
La preocupación estalló luego de que las autoridades cubanas reportaran 33 fallecidos por arbovirosis, incluidas infecciones de dengue, chikungunya y oropouche, todas propagadas por la picadura del mosquito Aedes. Del total de víctimas, 21 eran menores de 18 años, un dato que ha generado mayor inquietud entre pediatras y epidemiólogos en Florida.
Ante este panorama, médicos de Solidaridad sin Fronteras (Ssfhelp) y Cruz Verde Internacional enviaron cartas al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., solicitando que se eleve la alerta de viaje a Nivel 4, la categoría más alta, que recomienda no viajar debido a riesgo severo para la vida. La iniciativa fue impulsada por los doctores Julio César Alfonso Sánchez y Alfredo Melgar, quienes piden medidas urgentes para contener las epidemias que golpearían especialmente a niños, embarazadas y adultos mayores.
Además, las organizaciones remitieron su petición a la OMS, la OPS y Unicef, advirtiendo que la expansión del oropouche y el dengue en Cuba no solo compromete la salud de los residentes en la isla, sino también la de los viajeros que, sin síntomas aparentes, podrían ingresar a Florida durante el período de incubación.
El doctor Melgar explicó que quienes contraen alguna de estas enfermedades pueden permanecer entre tres y siete días sin manifestaciones, llegando a Estados Unidos sin señales clínicas pero ya infectados. “Es una ventana de riesgo que puede permitir la entrada de nuevas cadenas de contagio”, insistió.
Los médicos también alertaron sobre el colapso de los hospitales cubanos, donde —según testimonios recogidos— muchos pacientes pediátricos llegan con fiebre alta, dolores intensos y síntomas neurológicos asociados a complicaciones como meningoencefalitis. Sin embargo, debido a la falta de recursos y largas horas de espera, los niños suelen ser atendidos cuando su estado ya es grave.
La meningoencefalitis, agregó Melgar, puede agravarse por infecciones como el oropouche o por cuadros de neumonía que desencadenan inflamación cerebral. La combinación de epidemias, falta de insumos y escasez de personal coloca al sistema sanitario cubano en una situación extremadamente vulnerable.
Por ahora, los CDC mantienen el oropouche en Nivel 1, que solo aconseja precauciones básicas, mientras el dengue se encuentra en el mismo rango y la chikungunya en Nivel 2, que requiere medidas reforzadas de protección. Pero para los médicos de Miami, estas clasificaciones no reflejan la gravedad real del brote ni el deterioro del sistema de salud de la isla.
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