Nelva Ismaray Ortega Tamayo, esposa del preso político cubano José Daniel Ferrer, ha denunciado públicamente las condiciones inhumanas y el aislamiento al que está sometido su esposo en la prisión de máxima seguridad Valverde, en Santiago de Cuba. Ortega describe una situación alarmante: “Quieren quebrarlo lentamente para que acepte el destierro, pero él prefiere morir en prisión antes que abandonar su tierra”.
Ferrer, fundador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y opositor histórico al régimen, fue arrestado el 11 de julio de 2021 mientras intentaba unirse a las manifestaciones pacíficas que se desarrollaron por toda la isla. Desde su detención, su familia ha denunciado maltratos y un aislamiento extremo que, según Ortega, buscan destruir su espíritu y voluntad.
En un reciente intento de visita el 4 de octubre, Ortega acudió a la prisión con su hijo, Daniel José, y su hijastra, Fátima Victoria, con la esperanza de ver a Ferrer. Sin embargo, las autoridades les negaron el acceso, permitiendo solo el depósito de alimentos y productos básicos para el prisionero.
Ferrer permanece en una celda de castigo donde no recibe luz solar de manera regular, en condiciones deplorables y sin contacto con otros prisioneros. Su familia denuncia que también es víctima de violencia física y psicológica. “Los alimentos que recibe apenas alcanzan para sobrevivir, y sufre el maltrato constante de los carceleros”, afirmó Ortega. Además, denunció que los medios oficialistas lo difaman sin permitirle defenderse.
El opositor enfrenta un grave deterioro de salud. Ortega informó que padece un desgarro en el tríceps del brazo derecho, lo que le causa dolor permanente y dificulta su capacidad para escribir. A pesar de su estado, las autoridades no le han brindado la atención médica necesaria.
El único visitante externo que pudo ver a Ferrer en septiembre fue Monseñor Dionisio, quien confirmó su estado preocupante. Ortega subrayó que en los más de dos años de encierro, Ferrer solo ha recibido 11 visitas familiares y ha tenido prueba de vida en cinco ocasiones desde marzo de 2023.
El aislamiento de Ferrer también ha afectado profundamente a su familia, en particular a su hijo menor, Daniel José. Según Ortega, el niño ha mostrado signos de regresión emocional, como volver a orinarse en la cama tras la última visita a su padre. La situación empeoró en diciembre de 2022, cuando el niño presenció cómo su padre era golpeado brutalmente en la prisión por un oficial conocido por su violencia hacia opositores.
Ortega denunció además que la correspondencia con Ferrer es retenida o utilizada para manipularlo. “Nos dieron una carta suya donde decía que, si no recibía respuesta nuestra, iniciaría una huelga de hambre”, explicó Ortega, quien señaló que la familia vive bajo la constante amenaza de perder todo contacto con él.
A pesar de los abusos, Ferrer se ha mantenido firme en su postura de resistencia, negándose a aceptar el exilio. Ortega responsabilizó al régimen de Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro por el deterioro de la salud del prisionero y alertó sobre las violaciones de derechos humanos sistemáticas que enfrenta. “Los hacemos responsables de todo el daño que le han causado y del que puedan seguirle haciendo”, sentenció.
Finalmente, Ortega hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para que apoye a su esposo y a otros presos políticos en Cuba. “Pedimos solidaridad para salvar la vida de estos valientes cubanos que corren peligro, especialmente mi esposo”, concluyó.
(Con información de "Infobae")