El científico cubano Amilcar Pérez Riverol expresó su rechazo a los violentos hechos acontecidos en el barrio de Camalote, del municipio camagüeyano de Nuevitas, donde una adolescente fue asesinada a machetazos por su expareja en la estación de policía local.

Precisamente, Pérez llamó la atención sobre el lugar en que la joven de 17 años perdió la vida, luego de acudir en busca de protección por el hostigamiento del victimario. “Ya no es que no estén a salvo solas. En la oscuridad. Ya no es que no están a salvo en las calles. Es que ni siquiera lo están en una Estación de Policía. Una Estación de Policía”, dijo.

“El último lugar donde esto debió haber ocurrido. El último refugio al que acudir. Qué desastre. Qué vergüenza de país”, concluyó el biólogo y exprofesor de la Universidad de La Habana.

Este domingo, periodistas y activistas condenaron los hechos y la respuesta de las autoridades, luego de que el Ministerio del Interior (MININT) emitiera una nota que confirmaba el lamentable incidente, pero no respondía a varias interrogantes provocadas por las circunstancias del crimen.

“Por qué no estaba preso un pedófilo, con pésima conducta social, como reconocen, al que los padres de esa niña (tenía 14 años cuando lo conoció y con 14 años no hay consentimiento) habían acusado”, cuestionó la periodista Claudia Padrón Cueto.

Asimismo, subrayó el contraste sobre la atención que las autoridades cubanas concentraban en hechos de motivos políticos. “Ah, pero si hubiese gritado «libertad», si hubiese puesto un cartel contra el régimen, si hubiese salido a la calle a exigir comida; entonces no hubiese estado libre”, dijo.

“Esto es Cuba, donde hay tanta gente buena y decente en la cárcel por salir el 11J y tanta basura y agresores en la calle porque eso importa menos”, finalizó.

“Porque para las víctimas de violencia de género no hay patrullas y vigilancia y cámaras y agentes las 24 horas del día y todos los días de la semana. No. Ese «lujo» es para los disidentes. A Camila Lobón, a Katherine Bisquet y a Carolina Barrero, durante sus arrestos domiciliarios, los agentes las seguían hasta para comprar cigarros o comida. Pero las víctimas de violencia de género no sólo no tienen refugios en Cuba, sino que están solas. Totalmente solas. Desamparadas. Y para sus victimarios, tampoco hay control ni vigilancia ni prisión provisional”, resaltó la periodista Mónica Baró.

La activista Marta María Ramírez señaló: “Son feminicidios en Cuba: asesinatos de mujeres por ser mujeres perpetrados fundamentalmente por hombres feminicidas con la complicidad de la sociedad y del Estado feminicida. Nombremos bien de una vez: los feminicidios son violencia machista de Estado en su forma más brutal”.

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