La historia de un médico cubano es el hilo de una denuncia sobre las expulsiones ilegales que están sucediendo en varios países europeos.

Una cubano identificado con un seudónimo para cuidar su privacidad reveló su triste historia.

Soñando establecerse en Europa, un cubano nombrado Mario, vendió todo en la isla, y con ese dinero viajó a Rusia para de allí iniciar una peligrosa travesía. Él pensaba llegar a  Grecia vía Serbia para ingresar a otra nación con mejores condiciones para emigrar, pero la pesadilla que vivió en el país helénico lo llevó a terminar en Turquía.

El artículo publicado en el medio Mother Jones, asegura que son miles los solicitantes de asilo expulsados​​ilegalmente de Grecia desde 2020.  

Pero además precisan que son prácticas muy extendidas por toda Europa, desde Grecia hasta Croacia y Polonia.

Entre las acciones griegas denunciadas indicaron que los barcos de la Guardia Costera griega están bloqueando los barcos y arrastrándolos de regreso a aguas turcas, e incluso encontrando solicitantes de asilo que habían desembarcado en las islas y llevándolos de regreso al mar, a la deriva.

El rotativo indicó que aunque es muy difícil determinar el número exacto de estas expulsiones ilegales, la Red de Monitoreo de Violencia Fronteriza ha acumulado testimonios detallados de 150 eventos de retroceso por tierra y mar en Grecia entre marzo de 2020 y diciembre de 2021, con un total de aproximadamente 9,700 personas. 

Uno de esos, fue el cubano, quien en La Habana era un especialista médico, y vendió hasta su casa para establecerse en Europa, sin embargo tras lograr entrar a Grecia con ayuda de coyotes, fue detenido por las autoridades locales y expulsado forzosamente a Turquía.

Mario es parte de una comunidad de 34 cubanos en Estambul, todos los cuales llegaron a Grecia solo para ser expulsados a Turquía, donde los recibieron aunque nunca estuvieron en ese territorio con anterioridad.

El cubano denunció que la policía griega, lo torturó, golpeó y le robo sus papeles, además lo llevó junto a otros emigrantes hacia una franja fronteriza  y fue obligado a caminar para el lado de Turquía, donde fue abandonado, ahora vive de caridad, en ese país, donde sí fue acogido.

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