Un grupo de dentista españoles llevan años viajando a Cuba con maletas cargadas de medicamentos y para ayudar en operaciones en el país.

"Habrán sido unas 25 veces en los últimos 10 años, una media de tres al año", dijo el doctor Ignacio Castro al medio español Diario de Pontevedra.

Castro siempre viaja con las maletas bien cargadas: todos los medicamentos que permita la aduana recogidos a través de donativos, equipamiento médico para los hospitales cubanos y, sobre todo, anestesia, suturas y guantes esterilizados, señaló la citada fuente.

"Allí no tienen tanto como tenemos aquí. Hay gente esperando para poder sacarse una muela porque no hay anestesia. Cuba tiene muy claras las prioridades. En materia de anestesias, donde sí hay es en el hospital pediátrico, porque para ellos los niños no se pueden quedar desprotegidos. Si un niño necesita la anestesia se le facilita antes que a un adulto, que puede esperar", contó.

El grupo del dentista también ha viajado a Cuba con ventolines o nebulizadores. "Allí puede haber un ventolín por hospital, o un nebulizador. Las madres hacen cola para que sus hijos los usen durante 10 minutos. No es algo que puedan tener en casa", señaló.

Castro contó que hizo un curso hace 10 años en Cuba y entonces tomó conciencia de lo que podría aportar. "Con el material que llevamos les ponemos el quirófano a funcionar. Ahora, en jornadas de 9:00 a 14:00 horas de trabajo diario, los odontólogos que llegan a Cuba a través de Ignacio realizan una media de cinco cirugías cada mañana, con una media de 25 cubanos y cubanas operados por cada uno de los cursillistas".

Los odontólogos realizan operaciones como implantes dentales, aportan experiencia y el material requerido para ello, con una estrecha colaboración a través de las universidades, el Hospital de Matanzas y el Hospital Pediátrico de Cienfuegos, siempre bajo la supervisión de Ignacio, que suele viajar con todos los grupos, señaló Diario de Pontevedra.

El grupo de dentistas no reserva en hoteles. "Nos alojamos en establecimientos de cubanos y usamos taxis que conduzcan cubanos, con su propio coche, para que el dinero se quede en el pueblo".

"Nosotros ponemos la logística y cada uno corre con sus gastos. De hecho, en el caso del viaje que acaba de hacer Fernando, llevó tres maletas, con los gastos que le supuso a él", apuntó en referencia a Fernando Pérez, un propietario de una panadería y el único que no es dentista pero forma parte del grupo.

"La primera vez que fui a Cuba con Ignacio me encontré un panorama desolador con hospitales precarios y con falta de medios, medicinas e higiene. Íbamos por 12 días y al tercero me quería volver porque era realmente impresionante", recordó Pérez.

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