El director de la serie televisiva cubana Primer Grado, Rudy Mora, habló de sus intenciones con el producto y el fenómeno sobre el cuál quiere trasmitir un mensaje, los riesgos de Internet y las consecuencias del intercambio de fotos privadas y el ciberacoso en la sociedad actual del país.

La serie, estrenada recientemente, consta de 11 capítulos de 53 minutos cada uno, también trata temas la reinserción social pospenitenciaria, el alcoholismo, el desamparo familiar y el amor.

Mora explica al portal oficialista Cubadebate que conoció una situación parecida a la que sufre la protagonista mucho antes de la llegada a Cuba del internet masivo, cuando una pareja se grabó teniendo relaciones sexuales y el vídeo, que primeramente estaba en un disco duro, se multiplicó de memoria flash en memoria flash por toda La Habana.

“Después supe de actrices que tuvieron problemas parecidos y todo se empeoró hace cuatro o cinco años con el boom de las redes sociales”, dijo.

“Durante mucho tiempo fui conociendo sobre casos parecidos, a veces de personas más cercanas, o de familiares de allegados o amigos. En la investigación que se hace cuando se trabaja en un proyecto, me contaron muchas más anécdotas. Todas las historias coincidían con el acoso o las consecuencias del mal uso de las redes sociales o la irresponsabilidad de tener fotos privadas en los teléfonos”, agregó.

Al respecto, comentó que Primer Grado no refiere un hecho particular, sino que resulta de “un conglomerado de un grupo de casos relacionados con las tecnologías a partir de la historia de Daniela”, la protagonista.

“Primer Grado, como mis series anteriores y mi participación en el cine, tiene que ver con una necesidad personal de transmitir mi visualidad o mostrar las cosas como las siento y como me identifican. No busco un hecho particular o un discurso visual protagonista dentro de una historia. Busco mi propio lenguaje y trato de sintonizar esa forma particular con una cosmovisión más contemporánea”, dijo sobre los toques distintivos de la serie.

Asimismo, reconoció que era importante que los realizadores se “acercaran” al discurso visual donde se aprecia un estándar internacional. “Siento que a veces seguimos dialogando visualmente con códigos viejos y muchos de nuestros materiales parecen hechos hace 20 años. Eso me preocupa. Necesito renovarme constantemente y encontrar maneras en que pueda contar las historias en la puesta en escena”, expuso.

Mora también destacó la importancia que él veía en el trabajo con los actores. “Los actores transmiten mis ideas y mi concepción de la obra. Es un trabajo al que le dedico todo el tiempo posible. En este caso conocía a algunos de los jóvenes y fue un punto de partida. Otros actores hicieron casting, los seleccioné y me di a la tarea de desmontarles moldes y manías que traían de otros trabajos”, explicó.

En cuanto a sus expectativas con la serie, planteó: “Por encima de todo, que el público se divierta y lograr que sea un show atractivo. A partir de eso, tratar de transmitirle determinados mensajes e ideas que le permitan pensar, aunque sea en ese intervalo de tiempo”.

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