La escasez de agua se torna preocupante en Las Tunas, indica un reporte de la prensa local de esa provincia cubana.

El Periódico 26 de ese territorio dijo esta semana que “la disponibilidad de agua en la provincia disminuye cada día y esas circunstancias se tornan preocupantes para el pueblo y las autoridades políticas, gubernamentales y del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH)”.

La situación es tan grave, que cuando aun falta varios meses para la temporada de lluvias el acumulado de agua no supera el 30 por ciento de la capacidad de almacenamiento de la provincia.

“De conjunto, los 23 embalses administrados por dicha entidad acumulan 106 millones de metros cúbicos del líquido, lo que representa el 30 por ciento de la capacidad total de llenado, e indica la obligación de priorizar ese recurso natural para el consumo de la población, fundamentalmente”, dijo el rotativo local.

Según el boletín diario del INRH, Para ilustrar el panorama actual “basta señalar que en el reciente mes de enero las precipitaciones apenas sobrepasaron los 6,8 milímetros (mm) de lluvia, de un promedio histórico para el período de 30,3 mm”.

Los especialistas achacan el problema a “la falta de aguaceros frecuentes, el bombeo sistemático a los sectores residencial e industrial y el proceso natural de evaporación en las presas” que además “podrían agravar la situación de los reservorios hasta tanto comience el período húmedo, que se extiende de mayo a octubre”.

 “El municipio tunero en mejores condiciones es Amancio, pues la derivadora Sevilla acumula el 74 por ciento de sus posibilidades de almacenamiento. En el resto del territorio los indicadores son: Majibacoa (59 por ciento), Manatí (42), Las Tunas (33), “Colombia” (32), “Jesús Menéndez” (18), Puerto Padre (12) y Jobabo (ocho)”, dice el INRH.

La escasez de agua se cobra también su cuota en la agricultura pues ante la situación se comienza a restrigir el uso en la siembras y la cría de animales para priorizar el abasto a la población pero esta medida es contraproducente pues sin agua no puede producirse comida que también es limitada en el país.

“La insuficiente cantidad de agua motivó la adopción de disposiciones de ahorro, dirigidas a darle un uso racional y en ese sentido sobresale que la presa Juan Sáez -la de mayor volumen aquí- restringió a los clientes de los sectores azucarero y agropecuario para priorizar el abasto a los moradores”, dice el diario tunero.

 Las autoridades locales además decidieron limitar el suministro desde “Jobabito” hasta los poblados de Bartle y Bejuco, en la localidad cabecera, por lo que los residentes de esas comunidades recibirán el líquido a través de las redes hidráulicas solo los jueves, viernes y sábados.

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