El descontento social en Cuba continúa manifestándose de diversas maneras, incluso en medio de la represión y el control que ejerce el régimen sobre el espacio público. Esta vez, un nuevo gesto de resistencia volvió a hacerse visible en la capital. Según informó el perfil La Tijera en Facebook, un cartel con el mensaje “Abajo la dictadura” apareció pintado en una pared ubicada en la intersección de la Avenida 31 y calle 30, en el municipio habanero de Playa.
El cartel, breve pero contundente, refleja el agotamiento de una población que lleva décadas enfrentando carencias acumuladas: falta de alimentos, apagones interminables, un derrumbe constante del salario, transporte colapsado, un sistema sanitario deteriorado y, sobre todo, una represión política que limita cualquier forma de expresión ciudadana. Para muchos, escribir tres palabras en una pared es un acto de riesgo; sin embargo, para otros es una de las pocas maneras de hacer visible el sentimiento colectivo.
El perfil La Tijera, que difundió las imágenes y la ubicación del hecho, señaló que este tipo de acciones, aunque pequeñas, hablan de un país que está perdiendo el miedo. Los cubanos, afirman los internautas en los comentarios, “ya no tienen nada que perder”, y por eso estas expresiones de inconformidad se multiplican en distintas zonas de la isla, desde paredes en barrios humildes hasta carteles improvisados en postes, fachadas o aceras.
El mensaje coincide con un momento crítico para la población: inflación descontrolada, ausencia de servicios básicos, salarios que no alcanzan ni para una semana, hospitales en condiciones deplorables y un éxodo masivo que ha vaciado ciudades enteras. En palabras de usuarios que reaccionaron a la publicación, “el pueblo está cansado de tantas penurias, de vivir entre mentiras, miseria y abandono”. Otros señalan que el régimen intenta borrar estos mensajes rápidamente, pero no logra evitar que se multipliquen.
Este nuevo cartel en Playa se suma a una larga lista de expresiones anónimas que, en los últimos meses, han aparecido en varias provincias del país. Aunque las autoridades suelen responder con operativos policiales y vigilancia reforzada, la población sigue buscando espacios para manifestar su hartazgo.
La publicación recuerda que, pese al miedo, la censura y la represión, la voz del pueblo cubano continúa abriéndose paso, incluso si debe hacerlo en una pared, con pintura, y bajo el riesgo de ser detenido.
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