Un audio y la denuncia pública compartida por el activista Yosmany Mayeta Labrada han vuelto a poner en el centro del debate el grave deterioro de los servicios de salud en Cuba. Esta vez, la alarma proviene del hospital provincial "Juan Bruno Zayas" en Santiago de Cuba, donde el baño de la sala de mujeres que “dan a luz” aparece, según el testimonio, repleto de cucarachas, en condiciones que resultan indignas y peligrosas para madres y recién nacidos.
Las imágenes y relatos describen un escenario insalubre en un área que debería cumplir los más altos estándares de higiene. No se trata solo de una cuestión estética: la presencia de plagas en espacios hospitalarios y más aún en salas de maternidad, incrementa el riesgo de infecciones, compromete la seguridad de las pacientes y vulnera derechos básicos de atención médica digna. Mujeres en pleno trabajo de parto se ven obligadas a usar baños contaminados, sin una limpieza adecuada ni control sanitario efectivo.
Esta situación no es un hecho aislado. Denuncias similares se han reportado en otros centros del país. En el hospital "Calixto García" en La Habana, pacientes y familiares han alertado en redes sociales sobre baños sin agua, acumulación de desechos y falta prolongada de productos de limpieza.
En el "Hermanos Ameijeiras", considerado uno de los principales hospitales de referencia nacional, también han circulado testimonios sobre filtraciones, salideros y deterioro estructural en áreas comunes. Algo parecido ocurre en hospitales pediátricos como el "William Soler", donde padres han denunciado condiciones precarias en servicios sanitarios y salas de ingreso.
En provincias como Camagüey y Holguín, hospitales maternos y policlínicos han sido señalados por problemas recurrentes de higiene, escasez de insumos básicos y presencia de vectores, una combinación especialmente peligrosa en espacios que atienden a embarazadas, ancianos y niños.
La denuncia sobre el "Juan Bruno Zayas" refleja una crisis más amplia del sistema hospitalario cubano, marcada por la falta de mantenimiento, recursos y respuestas efectivas. Mientras las autoridades insisten en un discurso de logros sanitarios, la realidad cotidiana de muchos hospitales muestra abandono y precariedad. Visibilizar estos hechos, como hace Yosmany Mayeta Labrada, se convierte en una herramienta clave para exigir condiciones mínimas de salubridad y respeto para quienes dependen del sistema de salud.
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