Odisnel Traba Ferrales, director agrícola de la Empresa Agroindustrial Fernando Echenique, explicó a medios oficiales que desde hace casi cuatro años los productores no cuentan con el paquete tecnológico estatal que antes incluía fertilizantes, herbicidas y pesticidas de importación. Este kit es clave para cultivos como el arroz, considerado “muy técnico”, y cuya siembra en Granma se prevé en 41.000 hectáreas de las 200.000 del país, aunque las cifras optimistas chocan con la realidad.
El propio Traba admite que cumplir la meta —30.000 hectáreas por Fernando Echenique y 11.000 por José Manuel Capote Sosa— es un desafío difícil, sobre todo porque los rendimientos actuales apenas alcanzan 2 a 2,5 toneladas por hectárea, muy por debajo de las cinco logradas en décadas anteriores. La diferencia es notable frente a los resultados de la cooperación vietnamita en Pinar del Río, donde la empresa Agri VMA alcanza más de 7,2 toneladas por hectárea.
Los ensayos con variedades de arroz vietnamitas en Cuba han demostrado rendimientos aún mayores. Según el Instituto Cubano de Investigación de Plantas de Semillas, la variedad Viva76 llegó a 9,14 toneladas por hectárea en la campaña de invierno y 7 en primavera. Otras como Viba17 y Viba51 registraron entre 5,5 y 8,28 toneladas por hectárea, superando hasta en tres veces la productividad promedio de los cultivos locales. Además, estas semillas crecen más rápido, en 100-110 días frente a los 120-125 del arroz cubano, reduciendo costos y aumentando eficiencia, destaca la prensa vietnamita.
En Matanzas, Cienfuegos y Mayabeque, las variedades importadas también se destacan por su resistencia a enfermedades y mayor productividad, entre un 20% y 30% superior a las locales. Ingenieros vietnamitas que participaron en el proyecto califican la iniciativa como un ejemplo de cooperación agrícola eficaz, aunque algunos han criticado los métodos de trabajo en la Isla, que en ocasiones han obligado a cancelar programas.
En Granma, además de la falta de tecnología, las inundaciones provocadas por el huracán Melissa afectaron seriamente los campos de siembra, especialmente en las áreas del Río Cauto (23.121 hectáreas) y Yara (11.602 hectáreas). Trabajadores locales relatan las dificultades para manejar el agua: los primeros dos meses de cultivo son críticos y requieren drenar los campos constantemente para que la semilla pregerminada no se ahogue. A esto se suman problemas de maleza y conflictos entre campesinos por el uso de los canales de riego, que complican aún más la producción.
El panorama actual evidencia que Granma, otrora una de las provincias líderes en arroz, enfrenta un momento crítico: bajos rendimientos, escasez de insumos, daños por fenómenos naturales y disputas por el agua ponen en riesgo tanto la meta de siembra como la seguridad alimentaria.
Hija de Daddy Yankee, rompe el silencio y responde a las críticas tras apoyar a su madre
Hace 1 hora