Viajar desde Miami a Cuba vuelve a colocarse en el centro de la atención tras una nueva alerta sanitaria emitida por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Según la advertencia, el brote de chikungunya que afecta a la Isla convierte lo que ya era un viaje complejo en un escenario que requiere preparación adicional y, en algunos casos, vacunación previa.
El aviso de nivel 2 activado por los CDC señala que el virus —transmitido por mosquitos— no solo provoca fiebre y dolores intensos, sino que puede dejar secuelas que limitan la movilidad durante meses. El propio gobierno cubano ha reconocido que enfrenta una epidemia que ya acumula decenas de muertes, muchas de ellas en menores de edad, lo que ha generado preocupación entre quienes tienen previsto viajar al país.
En Estados Unidos existen actualmente dos vacunas disponibles contra el chikungunya: IXCHIQ y VIMKUNYA. Las autoridades sanitarias recomiendan que los viajeros consulten a su médico antes de desplazarse a zonas donde circula el virus. El objetivo es reducir riesgos y evitar complicaciones de salud durante o después del viaje.
Los CDC también subrayan advertencias específicas para grupos vulnerables, como mujeres embarazadas. La agencia aconseja reconsiderar el viaje en las últimas semanas de gestación, debido a la posibilidad de transmisión madre-hijo durante el parto. Los recién nacidos infectados, ya sea al nacer o por la picadura de mosquitos, pueden enfrentar cuadros graves y secuelas prolongadas.
Cuba no es el único destino considerado de riesgo. La lista de países con exposición elevada al chikungunya incluye naciones frecuentadas por turistas estadounidenses, como Brasil, Colombia, México, India y Tailandia, incluso en períodos sin brotes activos.
En el caso cubano, la situación adquirió mayor visibilidad esta semana luego de que el Ministerio de Salud Pública confirmara 44 muertes vinculadas al chikungunya y al dengue. El reporte oficial también reconoció más de 42.000 casos de arbovirosis en el país, aunque las propias autoridades admitieron que las cifras reales podrían ser superiores debido a diagnósticos tardíos y a personas que no acudieron a centros médicos.
El brote, detectado inicialmente en Matanzas durante el verano, aparece en un contexto marcado por apagones, escasez generalizada y dificultades para el acceso a medicamentos, factores que complican aún más el manejo de enfermedades transmisibles.
Fuente: El Nuevo Herald
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