“Una familia con hijos pequeños la tienen muy difícil”, dijo este miércoles el activista Manuel Cuesta Morúa a Martí Noticias sobre la creciente crisis económica en Cuba. Desde hace meses los ciudadanos denuncian que solo se sabe qué precio tienen hoy los productos porque mañana pueden subir.
“¿Qué hacen básicamente? Se levantan por la mañana, va a buscar, una cola tremenda, digamos los panes que tiene asignada cada familia. Eso ya lo tiene pensado, lo prepara, lo pica para, si tiene los hijos, garantizar que los hijos coman y, de ese modo, ya de alguna manera, satisface lo que es digamos la parte del desayuno”.
Sin embargo la búsqueda diaria no para ahí y se extiende para el resto de comidas del día.
“La familia lo que hace es buscar, durante el almuerzo, lo que necesita para garantizar la última comida de la noche. Apela para esto a los abuelos, los abuelos siempre de una familia nuclear cercana, los abuelos siempre están ahí para satisfacer las necesidades; se quitan lo poco que tienen para garantizar que los nietos puedan comer. Los padres inventan. Ese es el día a día de una familia en Cuba”, señaló Morúa.
El activista expresó los cubanos están cansados de los salarios que perdieron su poder adquisitivo y el desabastecimiento. “La época del cubano robot ya pasó”.
“Toda esta descripción que te estoy haciendo, lo que hacen en el día a día las personas, se hace acompañar de pequeñas explosiones de rabia, en las colas, con los vecinos, si llega frustrado por no obtener o no poder comprar lo que necesita, con el resto de la familia y, al mismo tiempo, con el poder, es decir, hay una escala de explosiones, más o menos controladas, de rabia y resentimiento a lo largo del día, que acompaña la búsqueda del alimento básico para la familia”, afirmó el activista Manuel Cuesta Morúa a Martí Noticias.
Hace unos días un cubano con VIH se quejó de los problemas para alimentarse porque lleva hasta tres meses sin recibir el pollo por pescado de la dieta médica. “Mi nombre es Eric Alfonso González Alarcón, tengo 28 años y soy paciente con retrovirosis crónica y me dirijo a usted muy preocupado por mi situación y la de miles de de pacientes que padecemos esta enfermedad”.
“Primero comenzaron quitando los módulos que nos daban y solo dejaron la dieta médica en la libreta de abastecimiento, la cual incluía la leche en polvo, pescado y carne de res. Dieta que ha desaparecido casi en su totalidad en el caso de la leche, que es tan necesaria para nosotros ya que ingerimos medicamentos altamente fuertes y la mayoría padecemos de úlceras y gastritis, entre otras afectaciones, producto al medicamento y la degradación del organismo por la enfermedad”.
“Ni siquiera nos dejaron una bolsa mensual para desayunar o merendar pero todavía está puesta en las libretas de abastecimiento como parte de la dieta, sabiendo que jamás la volveremos a tomar. En el caso del pollo por pescado ya llevamos tres meses sin recibirlo en las carnicerías y la carne de res es de pésima calidad, llena de pellejos que no se puede casi ni aprovechar”, denunció el cubano.
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