El Papa León XIV pidió este miércoles oraciones por las víctimas y damnificados del huracán Melissa, que con “fuerza devastadora” azotó recientemente a Jamaica y Cuba, dejando un amplio rastro de destrucción en el Caribe.
Durante la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro, el 29 de octubre, el pontífice dirigió un mensaje de solidaridad hacia los países golpeados por la tormenta, calificada por el Vaticano como de “potencia catastrófica”. “En estos días se ha abatido sobre Jamaica el huracán Melissa, una tormenta de potencia catastrófica que está provocando violentas inundaciones y, en estas horas, con fuerza devastadora, está atravesando Cuba. Hay miles de personas evacuadas y se han dañado casas, infraestructuras y varios hospitales”, manifestó el Papa, según recogió el sitio oficial del Vaticano.
León XIV aseguró su “cercanía” a las personas afectadas e invitó a los fieles a rezar por quienes han perdido la vida, por los desplazados y por las poblaciones que viven momentos de angustia ante la evolución del huracán. Asimismo, agradeció a las comunidades cristianas y organizaciones de voluntariado por la ayuda humanitaria que están prestando, y reconoció los esfuerzos de las autoridades civiles por limitar los daños ocasionados por el fenómeno.
El pontífice también difundió su mensaje a través de su cuenta oficial en la red social X (antes Twitter), reafirmando su llamado a la oración y a la solidaridad con el Caribe.
El huracán Melissa, de categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, tocó tierra en Cuba a las 3:10 de la madrugada del miércoles, cerca de Chivirico, en la provincia de Santiago de Cuba. Entró con vientos sostenidos de 195 km/h y una presión mínima de 952 milibares, condiciones que lo mantuvieron como un huracán de gran intensidad y extremadamente peligroso. A su paso por el oriente cubano provocó inundaciones severas, destrucción de viviendas e importantes daños a la infraestructura.
Un día antes, Melissa había golpeado Jamaica con categoría 5, la máxima en la escala, dejando inundaciones catastróficas, deslizamientos de tierra y graves daños estructurales. El primer ministro jamaicano, Andrew Holness, declaró zona de desastre nacional ante la magnitud del impacto.
Aunque el ciclón no atravesó Haití directamente, sus efectos fueron devastadores, con amplias zonas anegadas y deslizamientos de tierra que agravaron la crisis humanitaria en el país.
Según reportes oficiales y de organismos internacionales, el paso del huracán Melissa por el Caribe dejó al menos 49 muertos: 40 en Haití, ocho en Jamaica y uno en República Dominicana, además de una decena de desaparecidos.
En Cuba, el Gobierno no ha reportado oficialmente víctimas mortales, aunque la Iglesia católica confirmó el fallecimiento de una persona en la localidad de El Cristo, en la provincia de Santiago de Cuba.
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