El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden que establece un bloqueo completo sobre todos los barcos petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela, intensificando las tensiones en el Caribe y afectando de manera directa el comercio de crudo de la región.
Según declaraciones del mandatario, la medida busca frenar la financiación de lo que calificó como actividades ilícitas del régimen de Nicolás Maduro. “Venezuela está rodeada por la Armada más grande que se haya desplegado en Sudamérica. Este bloqueo seguirá creciendo hasta que se devuelvan a Estados Unidos los activos que fueron robados previamente”, afirmó Trump en sus redes sociales.
El presidente estadounidense señaló que los recursos petroleros venezolanos han sido utilizados para financiar narcotráfico, terrorismo, trata de personas y otras acciones criminales. Por esta razón, reiteró que su administración considera al régimen venezolano como una “organización terrorista extranjera” y subrayó que los inmigrantes enviados ilegalmente desde Venezuela están siendo devueltos de manera acelerada.
La orden de bloqueo incluye a los petroleros sancionados, con el objetivo de evitar que Caracas siga exportando petróleo bajo esquemas ilegales o mediante embarcaciones registradas bajo banderas falsas. La semana pasada, Estados Unidos confiscó el petrolero Skipper, que navegaba bajo bandera de Guyana, tras detectar su participación previa en contrabando de crudo iraní, aunque en esta ocasión transportaba petróleo venezolano.
La medida aumenta la presión sobre Maduro, cuyo gobierno enfrenta ya dificultades económicas severas y restricciones internacionales. La tensión entre Washington y Caracas ha escalado desde agosto, cuando se desplegó un contingente aeronaval estadounidense en el Caribe, un hecho que generó advertencias diplomáticas de Irán, aliado cercano de Venezuela.
En respuesta, autoridades iraníes reiteraron su apoyo a Maduro. El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, sostuvo una conversación telefónica con el mandatario venezolano, en la que expresó su rechazo a lo que calificó de “provocaciones hostiles” de Estados Unidos y aseguró respaldo político ante las acciones de bloqueo.
El bloqueo ordenado por Trump también se interpreta como un mensaje hacia otros países de la región y el mundo, advirtiendo que cualquier intento de facilitar la exportación de petróleo venezolano sancionado será sancionado. Esta política se suma a las medidas económicas que ya afectan la importación de combustible y el acceso a divisas en la isla de Cuba, país que se mantiene en la lista de vigilancia estadounidense por su cooperación con el régimen de Maduro y otras actividades consideradas de riesgo.
Hasta el momento, el Departamento de Estado y la Armada estadounidense han declarado que continuarán supervisando los movimientos marítimos y ajustando el operativo según las circunstancias. El bloqueo representa un nuevo capítulo en la estrategia de presión de Washington para restringir la influencia de Venezuela y sus aliados en la región, afectando no solo a Caracas, sino también a los países vecinos que dependen de sus exportaciones de crudo.
(Noticia en desarrollo)