La reconocida locutora cubana Isabel Fernández, rostro habitual durante décadas del Noticiero de la Televisión Cubana, volvió a llamar la atención pública tras compartir una imagen reciente en la que se le ve rejuvenecida, sonriente y con una apariencia visiblemente renovada.
Fernández se retiró de la televisión estatal hace varios años, en un contexto marcado por la salida de su esposo, el periodista Boris Fuentes, quien fue apartado de su puesto luego de publicar un reportaje que incluía una frase de Miguel Díaz-Canel —sobre el limón como “base de todo”— que terminó convertida en símbolo de burlas y memes contra el mandatario.
Tras ese episodio, la pareja se trasladó en 2020 a Argentina, país donde reside uno de los hijos de Fuentes. Desde entonces, ambos han desarrollado diversos proyectos profesionales, según ha comentado el propio periodista en sus redes sociales, iniciando una etapa de reconstrucción personal y laboral fuera del circuito mediático oficial cubano.
En las imágenes más recientes, conocidas entre seguidores y colegas como “Isabelita”, la locutora aparece con un estilo más estilizado, un corte de cabello que resalta sus facciones y una expresión de serenidad que muchos han interpretado como reflejo de una etapa más plena.
Pese a su residencia en el extranjero, la pareja regresó a Cuba en 2024 para reencontrarse con familiares, amigos y antiguos compañeros de trabajo. “Disfrutar del inconfundible Malecón habanero, con su olor a salitre y esa imagen que se pierde en el horizonte, y reencontrarse con la familia y los amigos alegra el alma y siempre será necesario”, escribió Fuentes tras la visita.
En medio de este nuevo momento vital, el periodista también denunció recientemente un hecho preocupante: el uso no autorizado de su voz manipulada mediante inteligencia artificial en plataformas digitales. Según explicó, fue alertado inicialmente por su madre y luego por amigos que reconocieron su voz en contenidos publicados en redes sociales.
“Lo que están haciendo con mi voz es ilegal, porque no he dado consentimiento a ningún sitio, canal o plataforma digital para utilizarla”, afirmó Fuentes, señalando directamente a un canal de YouTube como responsable de la manipulación.
Mientras Isabel Fernández reaparece con una imagen renovada y alejada del foco político, el caso de Boris Fuentes vuelve a poner sobre la mesa los dilemas actuales sobre ética, tecnología y derechos de imagen, en un contexto donde las fronteras entre lo real y lo artificial se vuelven cada vez más difusas.
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