El régimen cubano ha realizado movimientos importantes dentro de su nomenclatura, que podrían anticipar cambios en la futura línea de sucesión política.
Según reporta el periodista Rolando Nápoles desde su perfil de Facebook, el Consejo de Estado ha aceptado la renuncia de Homero Acosta Álvarez, quien hasta ahora se desempeñaba como diputado y secretario del parlamento castrista.
La nota oficial señala que Acosta, considerado uno de los hombres de confianza de Raúl Castro, ha decidido abandonar voluntariamente su cargo, a pesar de que su mandato estaba previsto hasta 2027.
Hasta el momento, las razones detrás de este “abandono voluntario” permanecen desconocidas, en gran parte debido al secretismo y la censura informativa que caracterizan a la dictadura en Cuba, según apunta Nápoles.
En paralelo a este movimiento, se destaca la reciente designación de Oscar Pérez-Oliva Fraga, sobrino-nieto de Raúl Castro, como nuevo diputado.
Pérez-Oliva, que ya ocupa cargos clave como Viceprimer Ministro y Ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, se perfila como un heredero político dentro del sistema cubano. Según el periodista, cuenta con 99 papeletas para convertirse en el posible gobernante designado de Cuba en 2028, siempre y cuando la estructura del régimen se mantenga hasta esa fecha.
Estos cambios reflejan cómo la dictadura continúa reorganizando su élite interna, priorizando a miembros de la familia Castro y a figuras de confianza para asegurar la continuidad de su modelo de poder. Mientras tanto, la salida de Acosta deja abierta la especulación sobre posibles tensiones internas y sobre qué papel jugarán otros actores históricos dentro de la nomenclatura cubana.
Aunque los detalles oficiales son limitados, los analistas interpretan estos cambios como señales claras de preparación para la próxima generación de líderes en la isla, con miembros de la familia Castro manteniendo un rol decisivo en la política y la economía del país.
El movimiento de estas fichas políticas evidencia, según Nápoles, que aunque la dictadura mantiene su control absoluto, existen señales de ajustes estratégicos que podrían influir en la futura configuración del liderazgo del país.
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