Un nuevo derrumbe parcial en un edificio multifamiliar de Centro Habana ha agravado la ya crítica situación habitacional que padecen miles de familias en la capital cubana. El desplome, no provocó víctimas mortales, pero dejó a varias personas afectadas y desplazadas, aumentando el temor de quienes viven en construcciones en estado deplorable.
Los residentes del inmueble afectado habían denunciado en múltiples ocasiones las grietas, filtraciones y el deterioro progresivo de la estructura, pero sus reclamos nunca fueron atendidos. “Estamos viviendo con miedo, no sabemos cuándo se nos va a venir todo encima”, expresó una de las afectadas.
Este caso se suma a una larga cadena de derrumbes registrados en los últimos años, especialmente en los municipios de Centro Habana y La Habana Vieja. En enero de 2020, tres niñas murieron tras caerles un balcón en la calle Vives. En abril de 2023, otro edificio colapsó parcialmente en San Miguel, dejando a varios vecinos atrapados. Más recientemente, en agosto de 2025, un derrumbe en la calle Reina dejó una persona hospitalizada y a más de 50 sin hogar.
La situación se agrava con la llegada de la temporada ciclónica, que este año ha sido catalogada como una de las más activas de la última década. Las lluvias y los vientos amenazan con provocar más colapsos en estructuras que no están en condiciones de resistir el embate del mal tiempo.
La reacción en redes sociales no se hizo esperar. Cientos de usuarios expresaron su tristeza, preocupación y frustración ante la inacción gubernamental. “Todo aquí es corrupción y las personas necesitadas no cuentan para nada”, comentó Mary Suárez. “Es una situación muy dolorosa y preocupante”, escribió Manolo Santana. “No es fácil la situación como vivimos”, añadió Zonia Díaz.
Algunos mensajes hicieron un llamado a la fe: “Solo puedo decir que doblen sus rodillas y pídanle mucho a Dios; Él es el Dios de lo imposible y les dará una solución a este caso, porque las autoridades hacen caso omiso”, escribió Pablo Adonis Rodríguez.
Otros, en cambio, reflejaron escepticismo o ironía. “Eso es inteligencia artificial... esos derrumbes en La Habana no existen”, comentó Ibrahim Fernández, en un tono que revela incredulidad o resignación.
Mientras tanto, miles de familias siguen viviendo bajo techos que amenazan con caerles encima. En medio de promesas incumplidas, falta de recursos y un sistema de atención colapsado, la vida cotidiana en estos edificios se ha vuelto una lucha constante por sobrevivir.
La ciudad sigue desmoronándose, y con ella, también la esperanza de muchos.
Fuente: La Tijera
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