El mundo digital volvió a arder con un nuevo enfrentamiento entre las influencers cubanas Rachel Arderi y Diliamne Jouve, conocida como La Dura. Ambas protagonizaron un intercambio de indirectas en Instagram que rápidamente se viralizó, confirmando que la tensión entre las dos sigue más viva que nunca.
El detonante fue una historia publicada por Rachel, pareja del reguetonero Oniel Bebeshito, en la que respondía a un seguidor sobre su edad. Mostrando su pastel de cumpleaños, la joven escribió: “22 añitos, soy una bebé todavía. Bueno, pero dentro de unas semanas cumplo 23”, y añadió con tono desafiante: “Y me comparan con cabrones que llevan 15 años en esto”.
Aunque Rachel no mencionó nombres, muchos interpretaron el comentario como una clara alusión a La Dura, quien con 32 años es una figura consolidada en el ámbito del entretenimiento digital.
La respuesta no tardó en llegar. Horas después, La Dura compartió una historia con un mensaje cargado de elegancia y doble sentido: “Virgo no necesita ruido para destacar porque su perfección es silenciosa, pero imbatible”. La frase fue leída como una contestación directa, aunque sin nombrar a su presunta rival.
Esta no es la primera vez que ambas mujeres cruzan mensajes velados. En junio pasado, Rachel había lanzado una indirecta sobre los filtros en redes sociales, a lo que La Dura respondió con una publicación defendiendo la naturalidad y el autocuidado.
Las seguidoras de ambas se han dividido: algunas apoyan a Rachel por su juventud y frescura, mientras otras respaldan a La Dura por su trayectoria y seguridad. Lo cierto es que, más allá de las rivalidades personales, este tipo de intercambios refleja la competencia feroz en el mundo de los influencers, donde mantenerse relevante exige estrategia, estilo y, a veces, un toque de polémica.
En un entorno donde la imagen y la autenticidad son moneda de cambio, tanto Rachel como La Dura representan dos generaciones distintas de creadoras de contenido: la primera, ambiciosa y espontánea; la segunda, experimentada y confiada.
Las indirectas, aunque aparentemente triviales, muestran cómo las redes sociales se han convertido en un escenario donde la lucha por la atención y la influencia es constante, y donde cada historia puede convertirse en noticia.
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