El presidente Donald Trump podría incorporar a su flota personal un lujoso Boeing 747-8 ofrecido como regalo por la familia real de Catar, con la intención de que eventualmente sea utilizado como avión presidencial. Según informó la cadena ABC News, el anuncio oficial se haría durante la gira de Trump por Medio Oriente, que incluirá visitas a Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Catar.
Apodado informalmente como un “palacio en el cielo”, el avión fue visto por Trump en febrero, cuando estuvo estacionado en el Aeropuerto Internacional de West Palm Beach, Florida. Fuentes cercanas a la Casa Blanca afirman que el presidente quedó impresionado por el interior del jet, que está equipado con lujo extremo, tecnología avanzada y comodidades presidenciales.
El Departamento de Defensa, junto a la oficina del asesor legal de la Casa Blanca y el Departamento de Justicia, habría concluido en un informe interno que aceptar el avión no infringe la Constitución ni las leyes federales, ya que se prevé que, tras el fin del mandato de Trump en 2029—, la aeronave sería transferida a su futura Biblioteca Presidencial. Esta solución evitaría que el obsequio se considere ilegal, ya que no permanecería en propiedad personal permanente mientras ocupe un cargo público.
La Constitución estadounidense prohíbe a funcionarios recibir regalos de gobiernos extranjeros, pero el análisis legal sugiere que esta entrega, mediada por el Departamento de Defensa y con fines institucionales a largo plazo, no violaría dicha norma.
El Boeing 747-8 que Catar ofrece tiene aproximadamente una década de antigüedad, pero su valor en el mercado sigue rondando los 400 millones de dólares. Su adquisición, aunque simbólica, llega en un momento crítico: el proyecto para renovar los aviones presidenciales oficiales se encuentra atrasado por al menos cinco años. A pesar de que Trump adjudicó en 2018 un contrato por 3.900 millones de dólares a Boeing para construir dos nuevos Air Force One, la Casa Blanca reconoció que no estarán listos hasta 2029 o incluso después.
Actualmente, Trump utiliza un Boeing 757 modificado, conocido entre sus seguidores como “Trump Force One”, una aeronave con historia: originalmente perteneció a Paul Allen, cofundador de Microsoft. Aunque icónico, ese avión es considerablemente más antiguo y menos sofisticado que el 747-8 ofrecido por Catar.
De concretarse la transferencia, el nuevo jet no solo reforzaría la imagen de poder de Trump en sus actos públicos, sino que también solucionaría de forma temporal los retrasos del Pentágono en entregar los nuevos Air Force One oficiales.
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