El exjardinero de los Dodgers, Yasiel Puig, conocido por su energía arrolladora en el campo y su carisma fuera de él, continúa enfrentando una batalla judicial de gran magnitud.
Aunque su carrera en las Grandes Ligas ya pertenece al pasado, su presente está marcado por un proceso federal que amenaza con cambiar su vida.
El caso se originó con una investigación del FBI sobre una red de apuestas deportivas ilegales liderada por Wayne Nix. En 2022, Puig fue acusado de mentir a agentes federales acerca de sus vínculos con dicha red, lo que inicialmente lo llevó a aceptar un acuerdo de culpabilidad que podría haberle costado hasta cinco años de prisión y una multa mínima de 55 000 USD.
Sin embargo, meses más tarde Puig revirtió su decisión y se declaró no culpable.
Esto activó una acusación adicional: obstrucción de la justicia, lo que elevó las posibles consecuencias legales a una pena máxima combinada de hasta diez años.
Actualmente, su juicio está programado para comenzar el 25 de abril de 2026 en una corte federal en Los Ángeles.
El caso también cobró relevancia en los medios cuando el fiscal principal de la investigación –que también llevaba el caso de Shohei Ohtani y su entorno– renunció en mayo de este año, lo que ha podido influir en el curso y el ritmo del proceso.
Enfrentado al sistema, Puig busca demostrar que su acuerdo inicial fue producto de una presión indebida, por lo que su defensa ha argumentado que carecía de asesoría legal adecuada y que no se le proporcionó un intérprete confiable al momento de su declaración.
Mientras tanto, su carrera profesional ha continuado en ligas internacionales, especialmente en Corea del Sur.
Más allá del diamante, Puig también ha intentado reconectar con sus seguidores a través de su canal “YasielPuig66”, donde planea compartir su historia de superación, conflictos y aprendizajes personales.
Este caso trasciende el mundo deportivo: se ha convertido en una lucha pública por la justicia y la dignidad de un hombre que, desde su huida de Cuba hasta sus días de estrella en MLB, ha vivido una vida intensa llena de altibajos. Hoy, Puig enfrenta el mayor desafío de su vida fuera del béisbol: limpiar su nombre.
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